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Pepe es, por norma, súper puntual. Incluso, llega antes de la hora fijada para la entrevista. Leo se retrasa unos minutos, pero no demasiados: es que lleva a su hija de 3 años al jardín de infantes, desde San Telmo hasta Palermo, y eso le complica los horarios. Uno tiene 80 años; el otro, casi la mitad, 39. Soriano y Sbaraglia ensayan Contrapunto, de Anthony Shaffer, que se estrenará esta noche en el Multiteatro, dirigida por Agustín Alezzo. Las diferencias no los alejan: saben complementarse. Y procuran enriquecerse con los aportes del otro.
Hace pocas semanas, Soriano terminó con las funciones de El loro calabrés, espectáculo que estrenó hace 35 años y que vuelve a hacer una y otra vez, para evitar tener que comer "pan amargo": es la metáfora que él mismo emplea para expresar que prefiere no aceptar propuestas de trabajo que no lo convencen. En El loro calabrés encuentra un refugio seguro: es su pan sabroso.
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