![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj28VwNuJPIesx14hQZOhK7x2vRhDLEGl1MWut0LlswVlahuK9bqtXAnTu1dBrY2zfruPNtJ2ONaENLlTZK04t3_cFvzS47Khja2XWr-uONqiDCPiGJq9NxztzWEa1OnafL97l5jNasCVY/s320/darin.bmp)
Ni la fama de actor de culto local, ni la carrera con proyección internacional lograron obnubilarlo. Ricardo Darín todavía mantiene la franqueza y la espontaneidad del chico de barrio que fue. Cómo no creerle entonces que no se le movió un pelo de su abundante cabellera nevada cuando se enteró que las dos películas que protagoniza fueron preseleccionadas para competir por el Oscar. “No me pone nervioso ni ansioso. Sé que sirve para promocionar los filmes. El de Campanella no lo necesitaba, en cambio sí el de Trueba, porque la crítica lo trató mal”, cuenta con la voz entrecortada, ronca. No es extraña su reacción. Hace tiempo que el actor hace un culto del “anti-exitismo”, del bajo perfil, de la intermitencia. Leer nota
No hay comentarios:
Publicar un comentario