martes, 6 de octubre de 2009

Sergei Eisenstein

Luz, camarada, acción
A fines de los años ’20, después de quedar casi ciego tras el monumental montaje de Octubre, el inmenso director ruso Sergei Eisenstein sólo veía una nueva obra posible: inventar un tipo de cine nuevo para llevar a la pantalla El Capital de Karl Marx. Escribió al respecto, habló de ello en charlas, viajó a Estados Unidos en busca de financiación y hasta llegó a reunirse con James Joyce para trabajar juntos en el guión. Pero la Gran Depresión y lo complejo del proyecto lo volvieron imposible. Ochenta años después, el alemán Alexandre Kluge retomó la posta y consiguió lo que parecía imposible: un homenaje a Eisenstein, una discusión sobre El Capital hoy y una reflexión sobre cómo filmar algo que lo explique a los obreros dentro de 200 años. Leer nota

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