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En 1937, la revista Life preparaba un largo artículo sobre Einstein y encargó a Lotte Jacobi que fotografiara al genio en su nuevo hogar norteamericano. Como Einstein y tantos otros integrantes de la intelligentzia alemana, la Jacobi había llegado al Nuevo Mundo huyendo del nazismo y sus primeros trabajos en Nueva York consistieron precisamente en fotografiar a esos expatriados. Pero cuando llevó las imágenes de aquella sesión informal a Life, la revista las rechazó, argumentando que las fotos no mostraban a Einstein “suficientemente digno”. Jacobi se encogió de hombros y se limitó a decir: “Mi estilo fotográfico es el estilo de la persona que retrato”. Einstein adoró la anécdota y la repitió muchas veces a quienes lo visitaban en su casa y veían la foto en cuestión, enmarcada y colgada en la pared. Leer nota
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