Me siento radiante
Ya no quería recibir postales. Ese 1976, el año de sus veintiún años, Jaime Roos dejó Uruguay y se fue a Europa con una sola certeza. —Esta vez —se dijo— las postales las voy a mandar yo. Viajó por Holanda, Francia, España; se fue a dedo a México, Paraguay, Montevideo, Brasil y otra vez —a dedo pero en barco subió a Holanda; robó alimentos en los almacenes, picó cebollas, hizo changas, okupó casas, cantó en bares por el sándwich y la coca y cantó también —las vueltas de la vida— para los príncipes de Mónaco; y mientras sentía que el mundo también podía caber en la palma de su mano, Jaime Roos —joven, flaco, el bigote negro raleando sobre el labio— Leer nota
busco contactarme con jaime roos, necesitaria una direccion de e mail.
ResponderEliminargracias Ramon >mayo ramayo3112@yahoo.com.ar