jueves, 10 de diciembre de 2009

Onetti por Sabat

Sentir una mirada
Da escalofrío, pero un escalofrío especial, un regocijo, mirar estos retratos que Sábat hace de Juan Carlos Onetti. Aquí no funciona sólo el retrato: hay un hombre que mira a otro, y del encuentro de ambas miradas nace un coloquio que el lector percibe como el más cálido abrazo del que está hacia el que ya se despidió mirando. Y da regocijo, en primer lugar, porque este de Sábat es también el Onetti que uno habría soñado encontrar en los años en que el autor de El pozo no era aún, técnicamente, un pesimista militante. Y es, también, el Onetti verdadero, il vero Onetti, que diría su hijo Jorge. Dice Omar Prego Gadea –que sabe tanto de esa mirada– que el título que Menchi Sábat ha puesto a su libro es uno de los grandes aciertos. Leer nota

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