
Tras escuchar la frase, su viuda, María Kodama relativiza el texto, lo contextúa "puede que se haya sentido discípulo en un momento, pero después no. A él le interesó mucho la obra de Kafka, pero no tienen nada que ver", afirma y habrá que creerle. Kodama es presidenta de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges. Leer nota
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