El viernes, en la primera fila del moderno auditorio diseñado por el arquitecto  Frank Gehry, el Walt Disney Concert Hall, una señora muy coqueta de cabellera  blanca y tapado negro acompañaba con sus palmas a Bajofondo. Un rato antes se  había emocionado al ver a su hijo, Gustavo, tocar en el ronroco la música de las  películas que le han dado dos Oscars acompañado por los 70 músicos de la  Filarmónica de las Américas. De visita en Los Angeles, Orfelia Santaolalla lucía  extasiada. Leer nota
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