viernes, 9 de julio de 2010

En pleno siglo XXI, la audacia en el arte sigue generando escándalos

Todavía estaba fresco el techo de la Capilla Sixtina y todavía estaba fresco el cuerpo de Miguel Angel cuando el papa Pío IV le encargó a Daniele di Volterra que cubriera los cuerpos desnudos de El Juicio universal , obra cumbre de Buonarroti. Fue poco después de que el Concilio de Trento –el mismo que confirmó la exigencia del celibato clerical– condenara la desnudez en el arte religioso. El trabajo de il braghettone , como Volterra pasaría a la inmortalidad, terminó en 1565 con la muerte de Pío IV. Leer nota

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