Diez canciones en treinta y dos minutos furtivos que se deslizan por los parlantes con la agilidad de un velocista jamaiquino de alta competencia y la contundencia de un campeón de boxeo categoría liviano. Estas canciones de
Sancamaleón no son, para nada, una escucha liviana o pasiva, sino que parecería que es un disco armado para que los oídos hagan gimnasia. Y no fallan: a los pocos segundos del track inicial,
“Afuera”, ya tenemos una percusión mántrica de sonidos latino, pero con la taquicardia drum n’bass. Sobre eso se acoplan un bombo y un tacho que por poco obligan a empezar a saltar.
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