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El 28 de septiembre de 1990, Andrés Calamaro llegaba a Madrid con la intención de probar fortuna, de pasar una temporada en la capital, de intentarlo en un nuevo país y con un nuevo proyecto. Venía con poco equipaje, una maleta y un teclado, la historia (Raíces, Los Abuelos de la Nada, cuatro discos en solitario), de poco servía ahora. En Barajas le esperaban dos ex componentes de Tequila, Ariel Rot y Julián Infante. Al segundo lo conocía poco, de un encuentro años atrás en Buenos Aires, pero fue quien metió en el cuerpo de Ariel el bicho de dar forma a un nuevo grupo, y éste pensó que Andrés sería pieza clave para ese proyecto, pues hacía tiempo que venían trabajando juntos en Argentina, con Ariel integrado en la banda de Calamaro y como coproductor de sus dos últimos discos, “Por mirarte” y “Nadie sale vivo de aquí”.
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