La última novela de
Paul Auster arranca en la soleada Florida, en medio de la desolación de las viviendas embargadas por el impago de las hipotecas tóxicas.
Joyce Carol Oates la define como “una pesimista alegoría contemporánea de la vida americana bajo la espiritualidad de la bancarrota”. Pero su título es puro
Nueva York, ciudad que desempeña un papel importante. Toma el nombre de
Sunset Park (
Anagrama y
Edicions 62), uno de los barrios de su Brooklyn, aunque no es el Brooklyn mesocrático de Park Slope donde reside el autor, ni el Brooklyn de Carroll Gardens, Dumbo o Williamsburg, redescubierto por los artistas y los turistas europeos más leídos.
Leer nota
No hay comentarios:
Publicar un comentario