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En 1968 Pappo lo llamó para tocar el bajo en Engranaje. Volvió a ser convocado como bajista en Pescado Rabioso. Pero él dice que siempre fue guitarrista. Ahora con su CD Darwin se sacó las ganas. “Yo soy rockero y hago rock and roll.” Bocón Frascino se planta acá y no se mueve. Ya lo era cuando el rock argentino ocurría como expresión marginal. En 1968, cuando Pappo, a medio camino entre los Abuelos de la Nada y Los Gatos, lo convocó para tocar el bajo en Engranaje (ambos, más Tito Milanesa y Horacio “Droopy” Gianello) y lo sigue siendo, no a los 18 años sino a los 60, a través de la cabal muestra de identidad que implica Darwin, su flamante disco con el grupo que Pappo abandonó cuando disparó tras una Gibson. “Nebbia le ofreció una Gibson negra y un equipo Fender y el tipo piró a Los Gatos...
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