jueves, 14 de abril de 2011

Keith Jarret : Arbitrario y genial a pesar de sí mismo

Se peleó con el público y el piano. Despotricó contra los celulares, las fotos y las filmaciones. Se interrumpió varias veces y puso nerviosos a sus admiradores. Además dio un concierto notable que, en su segunda parte, fue sublime. Hay un viejo chiste que circula entre músicos de jazz. Sucede en el Paraíso. Allí hay una big band celestial y a lo largo de la eternidad van turnándose distintos pianistas –Fats Waller, Monk, Tristano, Powell–. Un recién llegado pregunta a quien está antes que él en la fila de espera acerca de quien está tocando en ese momento. Alguien exagerado, de gestos ampulosos y estilo arbitrario a quien no conoce en absoluto. “No, ése no es pianista –le contestan–. Es Dios, pero se cree Keith Jarrett.” Leer nota

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