Estruendo de percusión por aquí. Sonido de guitarras por allá. Al fondo, un grupo que no deja parar sus pies. En un antiguo edificio industrial de la ciudad de Jaffa, muy cerca de Tel Aviv, pasan muchas horas artistas y personal técnico de 32 países. Un enorme logotipo de color rojo nos anuncia que estamos en la Casa de Mayumaná, la compañía israelí que
guarda para sí el secreto de la eterna energía. Cumple 15 años y nos valemos de tan señalada fecha para sonsacarles la fórmula. ¿Es algo en su comida o las virtudes de trabajar a pocos metros del Mediterráneo?
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