
El bar portuario de su padre en Berisso donde conoció a Federico  Luppi. Su vuelta ritual al barrio todos los años. Su amistad con Robert De Niro.  Su lugar como maestro de generaciones. Los mitos del método de actuación y sus  comentadas improvisaciones en el set. Cómo es que el público termina de crear  los personajes. Por qué nunca va a hacer Shakespeare y por qué prefiere las  películas basadas en libros. De todo esto y algo más habla Lito Cruz, que a los  70 años está coronando en El elegido una notable tradición que empezó hace 25  años: la de llenar de aliento divino a un personaje diabólico. 
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