Palabras mayores: estamos seguramente ante el legado más valioso de la historia del rock (si colocamos a los Beatles en la categoría de pop). El catálogo de Pink Floyd despacha millones de copias anualmente y el grupo lo cuida con la avaricia de un Tío Gilito. Hace poco, los músicos llevaron a juicio a su discográfica, por permitir que se vendieran temas sueltos en iTunes. Y ganaron: legalmente, hoy solo se puede descargar
Money como parte del álbum
The dark side of the moon. Pink Floyd también ha racaneado esos complementos -descartes, maquetas, versiones alternativas, directos- que aceleran el pulso de los aficionados más completistas.
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