A Ocupar Wall Street merece ya el nombre de movimiento nacional: se ha extendido a decenas de ciudades importantes de EE.UU. con idénticas consignas, consigue apoyo sindical y estudiantil. Es un movimiento pacífico, como prueba la reacción de los ocupantes de Oakland: el martes respondieron con una marcha sin mayores incidentes al brutal ataque policial contra su campamento que terminó con cien arrestos y un agredido baleado y en estado de coma. Es pacífico pero no pasivo y el miedo empresarial pasa sigiloso por las calles del centro financiero más importante del mundo.
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