Hace 30 años, cuando tenía 17, el canario
Pedro Guerra tomó su primera gran decisión: dedicarse profesionalmente a la música. A partir de ahí, comenzó a llenar maletas con letras y partituras, las mismas con las que diez años después aterrizaría en Madrid para enamorar a los fieles del Café Libertad 8 de la capital y a artistas como
Ana Belén y
Víctor Manuel, sus grandes impulsores. Hoy celebra su extensa carrera con un triple disco que recopila treinta años de trabajo (titulado
30 años) y la belleza dolorida de temas como
El marido de la peluquera,
Peter Pan o el famoso
Contamíname.
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