En el principio fue una banda quilmeña que sacudió al naciente rock nacional con un aguerrido sonido de guitarras, una firme base rítmica, y unas letras directas que le hablaban al hombre común sobre las cosas de todos los días. Terminaba la década del ’60 y el fervor rockero de aquel Vox Dei -un cuarteto donde militaban Soulé, Quiroga, Godoy y el baterista Rubén Basoalto- no cayó en oídos sordos, y pronto ficharon para el legendario sello Mandioca, donde grabaron su primeros singles,
Azúcar amarga y el hit de fogón
Presente, además de
Caliente, su álbum debut. Nota
aquí.
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