Lila Downs vuelve a transitar su camino solista tras la 
alianza con la argentina Soledad Pastorutti y la española Niña Pastori que 
redundó en el disco Raíz. Dados los antecedentes de la cantante 
neoyorquina - oaxaqueña y el resultado de la asociación libre con sus colegas, 
cabe plantear que retoma una senda candorosa - combativa y abandona una visión 
cosmética de word music hispanoamericana.
En Balas y chocolate, el nuevo de Lila, está la épica de la 
manifestante indomable y el desafío a la muerte desde la alegría, siempre a 
partir de la ranchera, la cumbia, el jazz canción y el blues metafísico. Un 
ritual de lo habitual para esta experta en sincretismos, sólo que en su caso el 
camino recorrido y la capacidad de observancia no se estandarizan sino que 
mejoran, se estilizan. Leer nota

No hay comentarios:
Publicar un comentario