miércoles, 3 de marzo de 2010

Pepe Soriano

Nací en esta casa, donde estamos hablando ahora hace ochenta años. Acá vivo ahora. Tengo tres hijos. Estoy muy contento de haber vuelto a Colegiales: mi lugar es éste. El vínculo con mi barrio nunca podía fallar. Voy a la feria y a la placita Mafalda, charlo con la gente. Esa es hoy mi vida.
Mi viejo escribía teatro. Hizo dos sainetes que no se han estrenado nunca. Fue amigo de José González Castillo y del vecino que estaba del otro lado de esta pared: Raúl González Tuñón. A mí lo que más me marcó de Tuñón era su dignidad como persona. Hoy lo veo más digno aún porque tengo el reflejo de una sociedad desmedida, llena de puñales, donde todos se codean por una aspiración a la referencia y no a la pertenencia. Raúl era un hombre sencillo, no un transa. Creo en eso. Leer nota

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