martes, 6 de abril de 2010

Philip Roth

El amor, el sexo y sus máscaras
Había perdido su magia". Ese es el comienzo de La humillación y sin demasiada dificultad uno podría imaginarse las manos de Philip Roth sobre la mesa de su cocina en esa casa al noroeste de Connecticut, un cuaderno abierto y, otra vez, esa frase (perfecta, precisa, imbatible) escrita o soñada o imaginada por el autor de Pastoral americana una y otra vez como si fuera al mismo tiempo un fantasma y una amenaza. ¿Qué pasaría si Philip Roth perdiera la magia? Resulta casi imposible separar al autor estadounidense de los narradores o protagonistas de sus libros. Leer nota

No hay comentarios:

Publicar un comentario