Para mí, “De purísima y oro” es la mejor canción de Sabina. Uno puede conocer con ella una de nuestras épocas más oscura: la posguerra.
Sabina narra, con una preciosa melodía que te transporta directamente a 1947, los duros momentos que vivía la sociedad española. Un sociedad que dejaba atrás el horror de la guerra civil pero que se enfrentaba al hambre, la venganza y el odio. Entre tanto, la música, el cine, el fúbol y los toros, entre otras vanalidades, servían de entretenimiento.
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