A menos de una semana de que 38 senadores rechazaran la ley
de Interrupción Voluntaria del Embarazo, el aborto clandestino provocó otra
víctima evitable. Murió una mujer de 34 años, madre de un chico de dos. Las
organizaciones de mujeres lo definieron como “un crimen de Estado”.
Que una mujer de 34 años falleciera en un hospital
bonaerense como consecuencia de un aborto clandestino, con perejil, generó
reacciones de indignación y tristeza en todo el país. A menos de una semana de
que el Senado rechazara la legalización de la interrupción del embarazo, al
mediodía una protesta ante el Congreso recordó los nombres de senadoras y
senadores antiderechos en cartelitos colgados de perchas. A la tarde, distintos
colectivos del movimiento de mujeres se manifestaron ante la casa de la
provincia de Buenos Aires (ver aparte), poco después de que el ministro de
Salud del distrito asegurara que “como ocurre con cualquier muerte, es un dolor
tremendo” y buscara ningunear la gravedad de la muerte evitable de “Elizabeth”,
quien al fallecer por una infección generalizada dejó, además, huérfano de
madre a un niño de dos años. A la misma hora, frente al hospital de General
Pacheco donde murió la mujer, organizaciones locales convocaron a un pañuelazo.
Durante todo el día, las redes sociales llevaron y trajeron protestas por el
caso, en una oleada de posteos y tuits que estuvo encabezada por el lema
#ElSenadoEsResponsable. Leer nota completa aqui
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