![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhScX0De5Np8GH6rL5OdYuyFtvmwD0RLOQS3obH-rpaYtHopurJOTNt7x-OgK67esZrXdgB9S9-Eu-Gr4ew7L4cx8U0pzkS8oqPiTlma4Hi3AJPzEFcTqfjNl8A0Hq7gDK7HkqFp48TIrVQ/s320/Gilberto_Gil.jpg)
Ya lo advirtió. Su concierto iba a ser más íntimo, más suave. Lo cumplió con creces. Sin perder la sonrisa y con un delicado sentido del humor, Gilberto Gil (Salvador de Bahía, 1942) repasó su cancionero más clásico -con alguna novedad de su último disco- ante un público al que le costó entregarse, pero que se aceleró a ritmo de samba. diferencia de una gran parte de los asistentes, Gil apareció triunfal y puntual. Se acercó con pequeños brincos y sonrió. Era el presagio de una velada en la que el artista no perdió fuelle y se entregó bastante más que su público. Atrás quedaron el político -fue ministro de Cultura brasileño de 2003 a 2008- y las inconveniencias del protocolo. Ayer volvió el músico, aparcó las rigideces y mostró el alma, un alma muy africana. Leer nota
http://www.todalavidaradio.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario