
En realidad, todos vamos a aprender esa lección a las malas: la información digital casi nunca desaparece, ni siquiera si deseamos que eso pase. El resultado es la permanencia del pasado en el presente. Ese hecho es uno de los mayores desafíos que enfrentará la sociedad a medida que las computadoras e Internet se integran cada vez más a la vida cotidiana. Leer nota
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