jueves, 3 de septiembre de 2009

El imperio del culo

Alguien enuncia sus preferencias sexuales por Internet y de este modo esas preferencias toman un valor que antes no tenían, ya que transformadas en mercancías adquieren un valor agregado. Tal valor tiene su analogía con el valor de cambio descrito por Marx, en la medida en que ingresa al mercado lo que antes era solo valor de uso. Aquí hay que entender el mercado no sólo desde el punto meramente financiero, sino como una vitrina en la que algo se da a ver, para ser elegido según “el gusto”. Y, de la misma manera en la que cualquier experto en economía sabe que la oferta genera demanda, habría que preguntarse si el gran abanico de perversiones en la actualidad no está favorecido por las mismas ofertas. Leer nota

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