Frente al ruido de las excavadoras, desenterrando esqueletos, el silencio respetuoso de una casa vacía. Frente a la sumisión a las reliquias, el homenaje a los muertos. A todos. Frente a la obsesión por recuperar la noble calavera, la voluntad de recordar. Federico García Lorca descansa en paz junto a otras víctimas anónimas de la guerra civil española, y su familia así lo quiere. Es su decisión. Como fue decisión de la Fundación García Lorca invitar a Pere Portabella a realizar una película para recordar su figura por encima de los objetos que poseyó. Por encima de las reliquias. Leer nota
No hay comentarios:
Publicar un comentario