"Es conveniente que las despedidas siempre sean breves", afirma Saramago en una entrada con la que da a entender que abandona su actividad como bloguero: "Adiós, por tanto. ¿Hasta otro día? Sinceramente, no creo". Pero, con una posdata, el escritor matiza: "Pensándolo mejor, no hay que ser tan radical. Si alguna vez sintiera necesidad de comentar u opinar sobre algo, llamaré a la puerta del Cuaderno, que es el lugar donde más a gusto podré expresarme". Leer nota
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