Un tipo peculiar este Roberto: vende tornillos y colecciona noticias de sucesos bizarros que aparecen en los diarios. Es huraño y maniático y se lleva tan mal con el sistema que no hace el menor esfuerzo por disimularlo. "Admiro su franqueza, su capacidad de ser políticamente incorrecto", decía ayer el actor Ricardo Darín sobre su personaje en
Un cuento chino, una película pequeña que ha barrido a los grandes
blockbusters en la taquilla argentina hasta convertirse en un auténtico fenómeno que han visto un millón de espectadores.
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