Si ser hijo es complicado para cualquiera, a los “hijos de”, la problemática se les potencia: el apellido les abre puertas, pero también los obliga a dar explicaciones.
Y en eso está Julieta Rada: feliz de haber editado su primer disco, Afrozen , pero un tanto aburrida de hablar de su papá, Rubén Rada. “Lo malo de ser la hija de Rada es que en todas las notas tengo que decir qué se siente ser la hija de Rada. Otro aspecto negativo es la autoexigencia: al tener un papá tan grande te exigís mucho, vas a hacer algo y querés hacerlo muy bien”. Leer nota
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