Arriba, cruzando agujas de cristal,
volaban taxis y autobuses,
era el 2000 soñado de la infancia:
teletransportación y primavera eterna,
picnic con atardecer rojo sobre Marte,
viaje de trabajo a Ganímedes.
El futuro era otra cosa.
Ahora que el mismo rumor de obuses
achata el horizonte y desorilla el recuerdo,
haciendo que todo parezca vivido:
los mismos muertos, la misma hiel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario