martes, 1 de diciembre de 2009

Charly Garcia y el flaco Spinetta

Juntos
"¿Te gustó así?", pregunta Spinetta pasándose las manos por la remera de Conduciendo a Conciencia. García está grandote, sedado y completamente de negro. "Que sea por una causa noble", lo estimula Luis. "Una causa que no sea solamente la Rolling Stone." Y Charly, que camina por el estudio fumando rubios, con semblante bonachón y tempo cansino, como arrancado mimosamente de una hibernación, lo envuelve en un abrazo de camarada. "Maestro", susurra Luis. No es el primer abrazo del año entre estas dos leyendas activas del rock nacional. Hubo, al menos, un par antes. El primero, privado, fue en los estudios MCL de Villa Ortúzar, donde García se reencontró con su oficio después de meses de rehabilitación. Leer nota

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