domingo, 13 de diciembre de 2009

Joaquin Sabina

Sabina a cuatro manos
Curiosamente, todo empezó uno de esos días que, más que a los principios, suelen estar asociados a los finales. El cantautor y poeta Joaquín Sabina cumplía 60 años y, fiel a su estilo, la celebración sorpresa se convirtió en un brindis de trago largo y alta graduación por la amistad y por el poder para la epifanía de las canciones. Desde la altura o el vértigo de un puñado de copas, Sabina se acercó a su amigo el escritor Benjamín Prado, que atravesaba entonces uno de esos largos túneles a los que sólo empujan los abandonos sentimentales, y le vino a decir sobre el fondo de mariachis de un tema de José Alfredo Jiménez: "Benja, no me sale nada. La felicidad doméstica está matando mi creatividad. Préstame algo de tu cabreo emocional". Leer nota

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