La pasión por las mujeres desbordaba a Picasso en lo personal. Pero también en lo artístico. A sus amantes y esposas las convirtió en sus modelos y, a su vez, en el termómetro de su estado de ánimo. A veces, más que pintarlas a ellas, parece trazar una descripción de sus propias sensaciones.La tristeza de Olga -su primera esposa- es la suya, la que deja la pérdida de la pasión y hace crecer el odio. Leer nota
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