La palabra viene del griego y, como todos saben y la Real Academia dice, es el fingimiento de cualidades “o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”. Es una práctica “normal” en el planeta y los años afinan cada vez más el olfato que la detecta. Voltaire opinó que “el hipócrita sonríe, el energúmeno ladra”. Claro que hay casos y casos. En todas partes se cuecen habas, pero hay lugares donde se cuecen habas solamente. Leer nota
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