sábado, 20 de febrero de 2010

La lectura y sus territorios sensuales

En "La biblioteca de Babel", Jorge Luis Borges imaginó una biblioteca compuesta de un número indefinido y tal vez infinito de galerías hexagonales, cada una con veinte anaqueles colmados de libros. Un orden pensado minuciosamente para inducir el caos. Si transcurriera en la actualidad, la ficción debería cambiar de lugar: antes que en una biblioteca, tal vez sería más verosímil que la historia estuviera ambientada en una librería. El ritmo de la industria editorial, el congestionamiento de títulos en las mesas de exhibición, las estanterías y los depósitos, las búsquedas de los lectores y las demandas de las editoriales hacen de las librerías argentinas un campo de batalla donde los libros recién impresos desembarcan para desplazar a las novedades del mes anterior y resistir su desalojo cuando lleguen las del mes siguiente. Leer nota

No hay comentarios:

Publicar un comentario