El cine construye y despliega mundos, a pesar de suceder en un plano de dos dimensiones. "El origen", de Christopher Nolan, es buena excusa para pensar la relación entre el séptimo arte y la arquitectura. Es cierto que vivimos en un tiempo donde la pantalla cinematográfica se viste de tres dimensiones, incluso si sabemos que, como todo en el cine, se trata de una ilusión.
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