"Yo estoy bien, él no tanto", dice Joan Manuel Serrat al entrar a la sala. "No me gusta que hables mientras te interrumpo", dispara Sabina con un cigarrillo electrónico en la boca. En su visita anterior, el trovador de Úbeda generó una multa por violar la ley antitabaco y ahora vino preparado, aunque reconoció: "¡qué vergüenza salir en las fotos con un cigarro de plástico!".Por separado manejan muy bien la ironía, pero juntos se potencian.
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