La dupla española, antes de presentarse en Buenos Aires habló en Madrid sobre su álbum “La orquesta del Titanic”. El dinero, la vejez, los viajes y el bolero.
Se puede orinar mirando a Dylan. Por lo menos, en uno de los baños de Joaquín Sabina. La tapa del disco Self Portrait (1970) del autor de Soplando en el viento luce sobre el inodoro. Y, alrededor, los discos de oro que el dueño de esta casa madrileña se ganó por Vinagre y rosas (09). Junto al lavatorio, el detalle de unos tulipanes que no parecen artificiales (delatarían la sensibilidad de su mujer, la peruana Jimena Coronado). Las toallas brillarían de tan blancas, si no fuera por el logo de la marca, Pepe Jeans. Este piso es tan abigarrado, tomado por bibliotecas y objetos de cuanto anticuario este hombre haya visitado en el mundo, que hasta el baño se ha convertido en una instalación surrealista. Abajo, en una de las paredes, y no tan visible, cuelga hasta un poema manuscrito por nuestro Borges. Nota aquí.
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