El Distrito Federal hace que los porteños sintamos algo parecido a la humildad. Sus ocho millones de habitantes, avenidas de hasta cuatro carriles, autopistas que se enciman y aviones que cruzan cual colectivos de línea hablan de que la masividad pasa por acá.
Algo de esa escala seduce a Bersuit, en plena gira de descongelamiento tras la partida de Gustavo Cordera. México es el país que mejor trata a la banda de La Quiaca para arriba, y por eso programó un raid de cinco fechas que arrancó en Cuernavaca y siguió anoche en El Plaza, una venue más alta que ancha, algo así como un tercio de Obras con tres veces más acústica. Está en Condesa, un distrito recoleto con bares de alta gama y chicos que vinieron a ver qué onda esto sin Cordera. Los del marketing callejero ya lo entendieron: hay pulseritas albicelestes, camisetas de la Selección que tienen el "BV" donde suele decir "AFA" y remeras de un Pelado que ya no es el Pelado, sino un despistado Homero bersuitero. Leer nota
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