Alcanzó que sonaran los primeros acordes de "Hermana duda" para que el público que abarrotó el teatro Coliseo se pusiera a los pies de este uruguayo amable y melómano. Luego de eso, vendrían casi dos horas de un show en el que en ocasiones algunas fallas de sonido conspiraron contra la intención perfeccionista del anfitrión, pero que igualmente permitieron un concierto de melodías exactas y letras acordes a una comunión artista-público que ya se hizo costumbre y que tiene mucho de celebración.
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