“Todo hay que volver a inventarlo. El amor no tiene por qué ser una excepción.” Citas de textos de Julio Cortázar (la del comienzo pertenece a Libro de Manuel, de 1973); fotos célebres y desconocidas del escritor, solo, con amigos, con sus mujeres y hasta con sus gatos, tapas de algunos de sus libros, una rayuela pintada a todo color, dos murales alegóricos realizados por el artista plástico Ricardo Villar. Todo esto decora las paredes del Café Cortázar, un bar inaugurado esta semana en Almagro, que se suma a la red de Cafés Notables porteños. Es el primer espacio cultural dedicado a rendir homenaje permanente al autor de Rayuela.
Ubicado en la esquina de Cabrera y Medrano, además de servicio de cafetería, picadas, ensaladas y sándwiches (el menú está inspirado en títulos de Cortázar como Bestiario,Un tal Lucas y Los premios), allí se realizarán ciclos de lectura, exhibiciones de arte, presentaciones de libros, cursos literarios y conciertos de jazz. En los próximos meses estará disponible al público una biblioteca con sus obras más reconocidas y también con material crítico y de estudio. La idea es que quienes se acerquen a tomar, por ejemplo, un café Rayuela, con whisky, crema y canela, puedan acceder sin cargo a cualquiera de los libros e instalarse a leer en una de las mesas con tapa de mármol inspiradas en los bares parisinos. Leer nota completa aqui
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