sábado, 9 de enero de 2010

Alfredo Casero

¿Qué será de nosotros?
Finalmente me quedé esperando que fuera otra de esas tantas cabriolas que amenazaban cada tanto con llevármelo. Profundamente creía que algo mágico -ya que hablamos de un mago- debía tener guardado. Lo imaginaba eterno, porque en él estaba apoyado, tal vez, el último ídolo. Pensé que era un salto para atrás, siempre esperé que cayera parado. ¿Quién ocupará el espacio de tantos corazones? De tantas mujeres felices por su existencia. Leer crónica

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