domingo, 14 de marzo de 2010
El canto de la guerra
En las primeras escenas de 2001, una odisea del espacio vemos cómo una criatura, que comienza a perder su condición de chimpancé pero aún no ha ganado la categoría de humano, tropieza con un hueso que tuvo que haber pertenecido a algún gran animal. Lo levanta, lo mira un largo rato y de pronto parece entender qué utilidad puede tener ese hallazgo. Los primeros acordes de Also sprach Zarathustra, de Richard Strauss, le dan adecuada música a esa metáfora de las armas y de su definitivo poder. El poder de las armas, se repite sin descanso. "Las leyes callan cuando las armas hablan", supo decir Cicerón. Armas y guerras están íntimamente ligadas, fatalmente se necesitan entre sí. El conflicto invariablemente se resuelve en el campo de batalla, con un tendal de cadáveres sobre ese campo. Leer nota
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