sábado, 13 de marzo de 2010

Osvaldo Bayer

Los gorriones de la catedral
En una de mis últimas contratapas –desde Alemania– expresé mi alegría porque por fin se hacía justicia en un ámbito donde, por principio, la civilidad no intervenía: la Iglesia. Se habían denunciado ante la Justicia delitos sexuales de miembros del catolicismo en conventos y colegios. Y la prensa se hacía eco de ello y se informaba de hechos que desde siempre se callaban. Pues bien, esa línea ha continuado y día tras día se conocen nuevas denuncias contra sacerdotes, frailes y así llamados hermanos por el abuso sexual de niños y adolescentes en colegios e internados, lo que ha causado una verdadera conmoción en Alemania. Este es un problema que afecta a la mayoría de los países donde los representantes de religiones están sometidos a reglas de “castidad”, es decir de negación absoluta del sexo, de por vida. Leer nota

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