Lo bello y lo triste
Sin brillantes conclusiones/ni versículos de fuego/sin palabras que hagan juego con grandes decoraciones/sin humos o presunciones/más bien con talante exiguo/me declaro trovador antiguo".
Ya lejos de la provocación poética y política, rodeado de nietos y de una coyuntura social cubana decadente que combina resistencia, terquedad y resignación, a los 63 años Silvio Rodríguez ostenta un sereno presente artístico que, en esta Segunda cita, asimila los contornos bellísimos de una obra a la altura de sus mejores discos. Leer nota
No hay comentarios:
Publicar un comentario