Brasil fue más efectivo que la Argentina. Tras declarar que deseaba rodar en América Latina, y después de que un periodista argentino le preguntase si lo haría en la Argentina (a lo que respondió que “Bueno, no dudaría en ir a hacer una película a la Argentina, pero nadie en la Argentina me lo ha ofrecido. Nadie me llamó de la Argentina para decirme: ‘Venga a hacer una película acá, nosotros la financiamos’”), le llegó la posibilidad latinoamericana, pero del lado brasileño. El publicista Claudio Loureiro, que vive en Curitiba y dirige la agencia Heads –tiene entre sus clientes a Petrobras– le ofreció a Allen invertir 7 millones de dólares si rodaba en Río de Janeiro y le pidió una reunión. Leer nota
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