Es el corresponsable de uno de los últimos fenómenos de la world music, aquel sorprendente Lágrimas negras, donde juntó son, bolero, rumba y tango con flamenco, en una música nueva y exquisita, en compañía de la gloria del piano Bebo Valdés. De allí, este gitano de ley salió disparado al centro de la escena mundial, capaz del canto visceral que remite directamente a eso que llaman “raíz”. A siete años de aquel éxito que fue Lágrimas negras, el músico redobló la apuesta con el CD Dos lágrimas. Leer nota
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